Ayer después de un año y medio volví a hacer una clase de bodypump, y me duele todo el cuerpo.
Es el precio que hay que pagar por intentar bajar esos kilillos de más. Pero madre mía, juro que me duelen músculos que no me acordaba que tenía.
Aunque e de admitir que cuando terminas esa clase que parece salida del mismo infierno, te sientes genial. Dices, Si, yo e podido aguantar toda la clase. Como si de un logro se tratase. Aunque hoy cada vez que intento moverme lloro.
Mañana habrá que quitar estas agujetas con más deporte, aunque cueste.
Ya me gustaría a mí estar así de divina.
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